Los números y las matemáticas no son para cualquier persona. Ciertamente hay individuos que tienen una capacidad e interés mayor por cuestiones de esta índole. Dicho esto, es importante que consideres el hecho de que tus finanzas son muy importantes, y sería buena idea que sepas quienes son las personas ideales para que se encargan de tus finanzas. A continuación, veras todo lo relacionado asesores financieros para particulares.
Hay muchos aspectos que ignoramos en el día a día relacionados a las finanzas: por ejemplo, pagar impuestos (algo tan básico) no es algo que nos enseñan en las escuelas. Por lo que no suele haber una educación financiera adecuada en nuestros días. Si tienes esto claro, quédate leyendo este artículo.
¿Qué vendría siendo un asesor financiero?
No es más que una persona encargada de llevar tus finanzas por el mejor camino posible. Se encarga de orientarte, aconsejarte, y explicarte por qué deberías tomar ciertas decisiones con tus finanzas. Es decir, su deber es que tú tengas tus finanzas de la mejor manera posible.
Tipos de asesores financieros
Existen dos tipos de asesores financieros en la actualidad. Los mismos, son dos grandes grupos, o dos grandes corrientes, que comparten el mercado laboral, y se dividen de la siguiente manera:
Asesor particular
Es particular porque no trabaja para ninguna empresa o entidad bancaria. Por lo tanto, consigue sus clientes, y trabaja de manera totalmente independiente. Este tipo de asesores no suele cobrar mediante comisiones, sino por un sueldo básico mensual. Uno de sus beneficios, es que, al no estar ligado a ningún banco, ofrece una asesoría mucho más imparcial.
Asesor financiero dependiente
Tal y como su nombre lo indica, este tipo de asesor está ligado a un banco. La gran diferencia con respecto a los asesores particulares, es que estos ofrecen y velan únicamente por los servicios de la compañía que los contrata. Además, éstos si suelen cobrar por comisiones.
¿Cuánto suelen cobrar?
Ya que existen dos tipos de asesores financieros, existen además varias modalidades de pago diferentes entre sí. Dicho esto, vamos a repasar las formas de pago más comunes a continuación:
Pago mensual
Existen muchos asesores, generalmente los independientes, que cobran una cuota fija por mes. No suele ser muy alta, y cobran el mismo precio independientemente de las acciones que hagan en todo el mes, o de si te genere más beneficios económicos.
Cobro por asesoramiento
Siguiendo con los asesores particulares, también está la modalidad en la que solo se cobra una tarifa por asesoramiento. Este precio va a depender del patrimonio que tenga cada cliente. Sin embargo, suelen cobrar alrededor de un 0.15% si hablamos de grandes patrimonios, y para los modestos, un 1% como máximo.
Cobro de una comisión por beneficios obtenidos
Si el asesor financiero acierta y te genera ganancias, también puede cobrar por comisiones de estas transacciones. Dependiendo de tu patrimonio, puede ofrecerte distintos planes donde varíe el porcentaje de beneficios que obtendrá. El mismo, puede variar entre 0.4% al 1% de tu inversión.
Tarifa por hora
Pueden cobrar también por hora de asesoría, estableciendo un precio fijo por cada hora que transcurra durante la asesoría. Los costos de las tarifas varían mucho en el mercado laboral, si te interesa esta modalidad, debes buscar la que más te convenga.
Cobro por recomendación
También está esta modalidad, que consiste en un cobro por cada ganancia que recibas por las acciones que te recomiende el asesor financiero. Es decir, si obtienes beneficios justo en lo que él te recomendó, de eso, sacaría su porcentaje de ganancia.
Algunos beneficios
Llegados hasta este punto, y para cerrar de mejor manera este artículo, veamos una serie de beneficios que tiene el contratar este tipo de asesoramiento. Algunos de ellos son los siguientes:
- Obtener mayor rentabilidad para tus finanzas, de la mano de un buen asesoramiento.
- Mayor ganancia sobre tus inversiones realizadas.
- Elaborar estrategias de inversión que sean variadas, seguras y efectivas. Hacer varias inversiones que no representen una gran pérdida, pero que dejen buenos beneficios.
- Ayuda en la eficiencia fiscal. Asesoramiento en cuanto a impuestos y temas afines.
- Inversiones objetivas, es decir, dejar a un lado las emociones, e invertir con la razón, y no con el corazón.
